miércoles, 17 de diciembre de 2014

Cienfuegos II. Confirmación. Gran saga.



Puntuación: 8

Segunda entrega de la saga Cienfuegos.

El 25 de Diciembre de 1492 la Santa María encalla en lo que Colón bautizó como La española, la actual Haití. Con los restos del navío construyen el fuerte de La Natividad.



Una de las mayores amenazas a las que se enfrenta Cienfuegos y el resto de la tripulación es la tribu de los Caribes, unos indígenas que comerían tu hígado con habas y un buen chianti, cual Hannibal Lecter. Vamos, que es una tribu caníbal.

Cienfuegos, aunque sigue con su amada en el pensamiento, y cada día maldice su mala suerte por no haber podido ir a Sevilla y por no estar con la condesa, no pierde el tiempo y tiene un affair con una indígena. Esta, por supuesto, no pertenece a la tribu Caribe, ya que si no…
Nuestro protagonista deja a la susodicha embarazada.

Con el paso del tiempo, y tras muchísimos sucesos, Colón regresa a España y deja a 39 personas en el fuerte de La Natividad.

Pero cuando al fin vuelve a La Española, en lo que sería su segundo viaje al nuevo mundo, se encuentra con el fuerte de La Natividad destruido y con  todos los hombres allí dejados muertos. Un huracán devastó la isla, y la tribu de Canoabó remató a los pocos que habían sobrevivido.

Todos murieron? No. Evidentemente no, ya que si no no habría ni saga ni na. Cienfuegos se salva gracias a su novia indígena, para descubrir poco después que hubo otro superviviente, el viejo virutas. Este y Cienfuegos empiezan un periplo por las islas caribeñas lleno de aventuras, emoción, pesares y angustias.

Cienfuegos hace gala de un asombroso ingenio y de una capacidad de supervivencia sobrehumana. Sin dejar de pensar un momento en su amada, lo que en ningún momento pasa por su mente es que esta se embarcó en la nueva travesía de Colón y ahora se encuentra a tan solo unas pequeñas islas de distancia.

La condesa, por su parte, confía en que su amado Cienfuegos aún viva, y lo espera con esperanza y mucha paciencia en esta nueva tierra que tantas sorpresas le reserva.

Esta segunda parte no hace sino confirmar lo que se sospecha con la primera, que es una gran saga. Todo el libro es una gran aventura donde pasas por todas las emociones posibles; miedo, angustia, risas, esperanza, desesperanza, incertidumbre, tristeza, impotencia… Sin dejar en ningún momento de tratar los sucesos reales que acontecieron por aquellos días, lo que engrandece aún más la novela.

Bien Vázquez.

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