lunes, 23 de marzo de 2015

Vicenç Navarro. Medios de comunicación España.


Wikipedia: Vicenç Navarro López (Gironella, 1 de noviembre de 1937) es un médico, sociólogo y politólogo español. Es experto en economía política y políticas públicas, ha sido catedrático de Economía Aplicada en la Universidad de Barcelona, actualmente es Catedrático de Ciencias Políticas y Sociales en la Universidad Pompeu Fabra, profesor en la Universidad Johns Hopkins de Baltimore y Doctor Honoris Causa por la Universidad de Lérida en el ámbito de Economía y Empresa.

Actualmente es el rector emérito de la Universidad Progresista de Verano de Cataluña (Universitat Progressista d'Estiu de Catalunya, UPEC).
Navarro, según el Lauder Institute, es uno de los científicos sociales españoles más citados del mundo.
Premio 2013 - Stebbins Medal que se otorga al considerado mejor profesor del año de la Universidad Johns Hopkins, Washington DC, Estados Unidos.

Ahí es na. Sabe de lo que habla ¿no?.

Artículo de Vicenç Navarro publicado por el diario Público el 15 de Octubre de 2012.

"Los medios de información españoles y Chávez".

Mark Weisbrot, uno de los analistas de la realidad internacional más conocidos y respetados en EEUU, acaba de escribir un artículo sobre Venezuela y sobre América Latina en el International Herald Tribune (10.10.12) que, como era de esperar, ha pasado desapercibido en los mayores medios de información españoles. En realidad, más que pasar desapercibido, ha sido ignorado porque los datos y la exposición de la realidad de aquel continente que presenta Weisbrot muestran los errores, manipulaciones y falta de objetividad que existen en los mayores medios de comunicación de España en sus reportajes sobre América Latina. En realidad, la práctica periodística de tales medios, en su cobertura de aquel continente, responde más al terreno de la propaganda política que al de la información equilibrada que intenta ser objetiva.

Según esta visión propagandística, Venezuela es una dictadura dirigida por el dictador Hugo Chávez que ha terminado con las libertades en aquel país. A esto se añade también que sus políticas han arruinado su economía. Esta interpretación de la realidad de Venezuela se repite constantemente en la mayoría de los medios españoles, tanto públicos como privados, y tanto escritos como orales. Raramente en tales medios se cita el nombre del Presidente de Venezuela, el Sr. Hugo Chávez, sin anteponerle el calificativo de “dictador”.

Ocultados por esta avalancha propagandística, hay algunos hechos elementales de fácil verificación. Y uno de ellos, como ha señalado Mark Weisbrot, es que la afirmación de que la libertad de prensa ya no existe o está limitada en Venezuela, o que las fuerzas opositoras encuentran dificultades para expresar su crítica al gobierno, carece de credibilidad. A la luz de los hechos, tales acusaciones no son sostenibles. Según la compañía Nielsen Media Research International (una de las compañías, basada en EEUU, de mayor experiencia en el análisis de los medios de información, tanto de EEUU como del mundo) la gran mayoría de canales de televisión en Venezuela son privados, pertenecientes a empresas mediáticas que expresan gran hostilidad hacia el gobierno Chávez. En realidad, la televisión pública -instrumentalizada por el gobierno venezolano- cubre sólo el 5,9% de la audiencia venezolana. Un tanto igual ocurre en la prensa escrita, en la que la mayoría de rotativos, incluyendo los que tienen mayor difusión, como El Nacional, El Universal y otros, son privados, pertenecientes a grupos económicos nacionales e internacionales. Todos ellos son claramente hostiles al gobierno Chávez. Algo semejante ocurre con la radio, donde sólo el 14% es de propiedad pública. La gran mayoría es privada, y es también contraria al gobierno. La oposición controla pues la gran mayoría de medios de información de Venezuela. No es cierto, por lo tanto, que haya falta de fórums para los partidos o movimientos sociales que se oponen al gobierno Chávez. Antes al contrario, los datos muestran que el dominio de los medios está en manos de la oposición.

En realidad, la concentración de los medios y de su propiedad es un fenómeno alarmante para la democracia venezolana (y para la española). Y es previsible que cualquier intento de diversificar la oferta mediática (controlada hoy por grupos económicos) por parte de las autoridades públicas para asegurar una mayor diversidad, genere resistencia sustentada bajo la premisa de defender la “libertad de prensa”. Esto es lo que está ocurriendo en la mayoría de países de América Latina con gobiernos progresistas. En todos ellos hay un conflicto con los conglomerados mediáticos. Mientras, hay que señalar que hay más medios de información venezolanos que critican al jefe del Estado en Venezuela que medios de información españoles que critiquen al jefe del Estado en España. Y hay muchísimos más medios de derecha en Venezuela que medios de izquierda en España. En realidad, en España, con la desaparición del diario escrito Público, no hay ni un rotativo de izquierdas. ¿Dónde hay, pues, más “libertad de prensa”?


La falta de diversidad de los medios españoles y sus consecuencias:

Es precisamente la limitada libertad de prensa en España lo que explica que la visión de América Latina entre la población española sea tan sesgada. Los medios españoles, instrumentalizados los privados por grupos económicos y los públicos por los partidos gobernantes, proyectaron sus deseos al informar que el Presidente Chávez perdería las elecciones. En realidad, todas las encuestas fiables mostraban que Chávez ganaría por amplia mayoría, como así fue (ver David Rosnick Adjusting for Polling Biases in Venezuela’s 2012 Presidential Election. Octubre 2012), en unas elecciones limpias, tal como reconoció el candidato opositor. La victoria del candidato Chávez fue contundente (55% versus el 44,2% para su adversario, con un 81% de participación electoral), en uno de los sistemas electorales más democráticos de América Latina. Como ha indicado el Centro del ex presidente Carter de EEUU (que evalúa y supervisa las elecciones en varias partes del mundo), las elecciones en Venezuela han sido limpias y reflejan justamente el sentir popular. Cito directamente del informe del Centro Carter: “Aunque algunos criticarán los resultados que dieron a Chávez la victoria, nuestra observación nos permite concluir, sin lugar a dudas, que Chávez venció las elecciones justamente y sin artimañas. En realidad de todas las elecciones que hemos supervisado, las elecciones venezolanas son las mejores del mundo. Los venezolanos tienen un excelente sistema electoral…” (citado en Keane Bhatt, “A Hall of Shame for Venezuelan Elections Coverage. North American Congress in Latin America News Analysis”).

¿Qué ocurre en  Venezuela?:

La popularidad del Presidente Chávez se debe a que dio prioridad en sus políticas públicas a atender las necesidades de las clases populares, con especial atención a los sectores más vulnerables. Según el Gabinete de Estudios de América Latina del Center for Economic and Policy Research (CEPR), la pobreza en aquel país ha descendido durante el mandato de Chávez un 50% (y la pobreza extrema un 70%), un hecho único en América Latina. Tales datos han sido también documentados por la conocida publicación del mundo empresarial de EEUU, la Bloomberg BusinessWeek, que en un informe sobre Latinoamérica concluye: “Bajo Chávez, la pobreza pasó de representar el 50% de la población cuando ganó sus primeras elecciones, a un 31,6% en 2011. Y la pobreza extrema pasó de un 20% a un 8,5% durante el mismo periodo. Venezuela tiene el nivel de desigualdades más bajo de América Latina y el Caribe, según las Naciones Unidas” (07.10.12). (Es importante señalar, por cierto, que debido a la protesta de varios empresarios estadounidenses, tal conclusión fue eliminada del informe, tras haberse ya publicado).

Sin lugar a dudas, el gobierno Chávez ha sido uno de los que ha tenido mayor sensibilidad social en América Latina. Además de la notable disminución de la pobreza, ha llevado a cabo campañas de alfabetización y escolarización masivas, que han doblado su cobertura durante el mismo periodo antes citado, cuadriplicando, además, la cobertura del sistema de pensiones públicas. Semejante expansión ha ocurrido con el sistema público sanitario, alcanzando a sectores de la población que no habían visto un médico en su vida. Y ha priorizado últimamente un programa sumamente popular, el de construcción masiva de vivienda pública. Todos estos hechos explican su popularidad.

Y este desarrollo social se ha realizado junto con unas políticas económicas que han activado el crecimiento. Un dato resume el éxito de sus políticas económicas. Desde el año 1980 hasta 1998, periodo durante el cual los gobiernos de Venezuela aplicaron políticas de claro corte neoliberal, el PIB per capita cayó un 14%. Desde 2004, cuando el Presidente Chávez tomó el control de la producción de petróleo en su país, el PIB per capita ha crecido un 2,5% cada año en promedio. Como bien subraya Mark Weisbrott, el supuesto “colapso de la economía venezolana” ha sido una de las predicciones más frecuentes en los medios de información españoles hostiles al gobierno Chávez. En realidad, las tasas de crecimiento económico de Venezuela (4,2% del PIB en 2011 y 5,6% en 2012) han sido mucho mayores que las españolas (Un caso abusivo de desinformación sobre América Latina y sobre Venezuela son los artículos de Moisés Naím en El País, que ha estado prediciendo el colapso de la economía venezolana año tras año. Tal rotativo no ha informado de que dicho columnista fue miembro del gobierno venezolano y del Banco Central Venezolano que aplicó las políticas económicas y financieras neoliberales responsables del descenso de la capacidad adquisitiva de las clases populares de aquel país, tal como he citado anteriormente, y que el gobierno Chávez ha revertido).


El daño que hace la falta de pluralidad de los medios en España:

La falta de diversidad mediática es uno de los mayores problemas que tiene la democracia española. Su cobertura de la realidad de América Latina en general y de Venezuela en particular es sesgada en extremo, alcanzando niveles bochornosos. Lo que hace no es informar, sino hacer propaganda profundamente conservadora, hostil hacia los partidos y movimientos progresistas, y en defensa a ultranza del neoliberalismo económico, cuya aplicación en Latinoamérica en los años noventa condujo a uno de los periodos en la historia reciente de aquel continente con mayor ineficiencia económica, mayor crecimiento de las desigualdades y mayor pobreza. Tal ideología está bien representada por los escritos de Mario Vargas Llosa, el premio Nobel de Literatura, que escribe habitualmente en El País, y que parece configurar la interpretación que tal rotativo presenta sobre aquel continente. Es la opinión de la ultraderecha neoliberal, que en EEUU representa el Tea Party, y que en España representa la que fue hasta hace poco Presidenta de la Comunidad de Madrid, la Sra. Esperanza Aguirre, de la cual Mario Vargas Llosa es profundo admirador, habiendo incluso indicado que si la Sra. Aguirre fuera la que gobernara en España (la pesadilla de millones de españoles), España no estaría en la crisis en la que se encuentra. Ésta es la versión de la realidad, tanto de España como de América Latina, que se presenta en la mayoría de los medios de mayor difusión, a los que se atribuye una objetividad y equilibrio inexistentes en sus reportajes.

Ni que decir tiene que la crítica al gobierno Chávez es necesaria en las áreas en las que aquel gobierno es mejorable. El excesivo presidencialismo es una de ellas. Pero la misma prensa que critica a Chávez por ello, permanece silenciosa en relación al abusivo presidencialismo de los sucesivos gobiernos españoles. Algo parecido ocurre con la violencia en Venezuela, presentada errónea y maliciosamente como el país con mayor cantidad de homicidios de América Latina. Tal violencia, común en muchos países de América Latina, es denunciable. Pero los medios súper críticos con el gobierno Chávez han permanecido en un silencio ensordecedor frente a la enorme violencia de Honduras, el país más violento de América Latina, con el agravante de que gran parte de tal violencia es política (lo cual no es el caso de Venezuela, cuya violencia es por delitos comunes), como consecuencia de una brutal represión por parte del gobierno hondureño, cuyo partido pertenece, por cierto, a la misma Internacional Liberal que el partido gobernante en Catalunya, Convergencia Democrática, sin que este partido catalán haya protestado por tal represión.

Otro silencio ensordecedor aparece en la crítica de la alianza del gobierno Chávez con el sistema dictatorial de Irán. No tengo ninguna simpatía por tal régimen. Antes al contrario. Pero la política (que considero desacertada) de que el adversario de tu adversario es tu amigo, lleva a unas alianzas en la geopolítica que determinan unos apoyos frecuentemente cuestionables. La crítica a esta alianza Venezuela-Irán por parte de los citados medios pierde credibilidad, sin embargo, cuando se compara con su silencio respecto a las alianzas  tanto de EEUU como de la Unión Europea con el Estado de Israel, a pesar de los horrores y brutalidades documentadas que se están realizando en contra del pueblo palestino por parte de aquel Estado.

Los costes para España de tener tales medios de información y persuasión:

El comportamiento tan sesgado de los medios españoles sobre Venezuela y sobre América Latina está perjudicando enormemente a la comprensión de lo que ocurre en aquel continente. Tales medios intentan dividir los gobiernos entre buenos (Lula) y malos (Chávez) creando divisiones falsas que no ayudan a entender lo que ocurre. En realidad, Lula apoyó a Chávez, indicando que “una victoria de Chávez será una victoria no sólo para el pueblo de Venezuela, sino también una victoria para todos los pueblos de Latinoamérica”. Hoy, al periodo neoliberal de los años ochenta y noventa le ha sucedido uno con una larga lista de gobiernos de izquierda que intentan transformar profundamente sus sociedades a partir de procesos democráticos que exigen un cambio muy notable de las relaciones de poder controladas por grupos económicos y mediáticos que se resisten a tales cambios. Todos estos gobiernos (Rafael Correa en Ecuador, Luiz Inácio Lula da Silva y ahora Dilma Rousseff en Brasil, Evo Morales en Bolivia, José Mújica en Uruguay, Cristina Fernández en Argentina, y otros) están intentando democratizar sus sociedades, lo que implica un cuestionamiento de la monopolización de la información en los medios, lo cual explica su “mala prensa”. El día que España tenga un gobierno que sea de izquierdas e intente semejante democratización, veremos también su “demonización”.

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