martes, 10 de marzo de 2015

Vivir es fácil con los ojos cerrados (2013).


 Puntuación: 8

NO SE PUEDE VIVIR CON MIEDO.

Película preciosa.

Vivir es fácil con los ojos cerrados nos muestra la realización de un sueño y nos enseña que luchar por lo que crees y por lo que quieres tiene su recompensa, por muchos (y en ocasiones muy duros) obstáculos que se interpongan en tu camino.

El protagonista de esta historia abogaba por un método de enseñanza alternativo, con la música como instrumento, lo que le llevó a emprender un viaje para reunirse con el hombre que (según sus propias palabras) era más famoso que Jesucristo. Buscaba un imposible. ¿Cuál era la meta?, hacerse con las letras completas de las canciones de los Beatles, pero consiguió mucho más que eso.

No me refiero a cuestiones materiales, que también. Correcciones hechas por el mismísimo Lennon y una grabación de Strawberry fields forever valen oro. Tampoco hablo de la promesa (que finalmente no cumplió) de visitar su clase y a sus alumnos. No. Lo que consiguió con este viaje fue una enseñanza, una lección, una aventura inolvidable y una moraleja insuperable.

Si dejamos al margen la historia y nos centramos en otros aspectos, igualmente importantes, la película sigue sumando puntos positivos. Para empezar tenemos a un Javier Cámara c-o-l-o-s-a-l interpretando y creando un personaje entrañable, adorable y con un carisma arrollador. La música, la fotografía, la recreación de la época, los secundarios, el desarrollo de la trama, el final…cada una de las partes conforman una gran película.
Puede tener (y tendrá) muchos peros (yo tampoco me creo la relación entre los chicos) pero no es una mala película, comparto cada uno de los Goya que se ha llevado, y desde luego no es ni un truño, ni un bodrio, ni un coñazo, ni facilona, ni ninguno de esos calificativos que he leído en algunas críticas.

P.D. Me acuerdo de aquel momento, a los pocos días de haber visto por primera vez Vivir es fácil (la acabo de ver por tercera vez), yo estaba parado en la calle, me giré y me topé con una gran calva a un palmo de la cara. Os juro por lo que más queráis que solamente la calva fue suficiente para reconocer a Javier Cámara. Acto seguido le vi de perfil y su nariz no dejaba lugar a dudas. No pude decirle nada por mi absurdo anonadamiento. Ahí, a unos pocos centímetros tenía al protagonista de la película que unos días antes tanto me había gustado, y por supuesto, al gran Paco, al inmortal Paco hijo de la inmortal Sole. Y por tonto no pude darle ni las gracias.

No hay comentarios:

Publicar un comentario