jueves, 19 de marzo de 2015

Eran los felices años 20...hasta que llegó 1929 claro.

Puntuación: 8

El gran Gatsby es una de las mejores obras de la literatura estadounidense del siglo XX, y su autor, F. Scott Fitzgerald, fue uno de los más importantes miembros de la "generación perdida". Su juventud no le supuso ningún impedimento para dejar su nombre grabado en la historia de la literatura ni para dejarnos una obra imprescindible. Estar en la veintena no fue ningún obstáculo para dar vida a la novela que ahora nos ocupa, El gran Gatsby, sino todo lo contrario. Esa juventud en ciertos aspectos, su madurez en otros, y su maestría y destreza para la escritura dieron lugar al renombrado libro, uno de sus más reconocidos.

El gran Gatsby está narrado en primera persona por Nick Carraway, y a través de sus vivencias conocemos al personaje sobre el que se cimenta la trama, Gatsby. Este es un joven apuesto, adinerado, inteligente, reservado y misterioso que vive al lado de Nick, en quien despierta cierta curiosidad. Nadie sabe quién es, nadie sabe de dónde viene, nadie sabe el origen de su riqueza, nadie sabe a qué se dedica y nadie lo conoce realmente. (No habría que pensar mucho para contemplar la posibilidad del contrabando de alcohol como fuente de sus riquezas si tenemos en cuenta que la trama se desarrolla durante los año 20 en EE.UU., en plena ley seca, pero bueno). A pesar de ello, cada dos por tres el susodicho organiza suntuosas fiestas a la que acude toda una multitud a la que no le importa no conocer de nada al anfitrión.

Es en una de esas fiestas cuando nuestro narrador, Nick, se presenta y conoce a Gatsby. Cuán grande será la sorpresa de Nick al descubrir que su propia prima, Daisy Buchanan, tuvo un romance en el pasado con Gatsby y que este misterioso hombre ha llegado a la ciudad, primera guerra mundial mediante, con el firme propósito de recuperar a su antiguo amor ahora infelizmente casada.

Las infidelidades de Tom, el marido de Daisy, y la relación de Nick con Jordan Baker se suman a la trama principal de Gatsby para dar forma y coherencia a una novela que desborda elegancia tanto en la forma como en el contenido. Una aguda visión de esa etapa de la vida entre la juventud y la madurez, una representación audaz de la alta sociedad de la época, y un apoteósico y trágico final son las piezas fundamentales de esta gran obra.

El gran Gatsby es, por supuesto, un libro muuuuy recomendable. Fundamental.

Ese es mi Oeste; no el trigo, las praderas o las perdidas ciudades suecas, sino los emocionantes trenes de regreso de mi juventud, los faroles en las calles, las campanillas de los trineos sonando en la helada oscuridad, las luces que proyectan sobre la nieve las siluetas de las coronas de acebo colgadas en las ventanas de las casas.

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