lunes, 23 de marzo de 2015

Funny Games (2007).


Puntuación: 8

TODOS PERDEMOS LA APUESTA.

Desde el principio te das cuenta de que hay algo raro, notas que algo no va bien, que se esconde algo. Desconfías y te mantienes espectante hasta que por fin pase lo que tenga que pasar. Haneke crea así una atmósfera inicial perfecta para que los espectadores estemos con los ojos fijos en la pantalla sin pestañear y frunciendo el ceño más de la cuenta para intentar entender que coño está pasando.

En este inicio se incluye la famosa, brillante y desquiciante escena de los huevos, con la que consigue hacer perder los nervios al propio espectador.

La película avanza y empiezas a conocer a la macabra pareja. Su lenguaje, sus modales, su estética, su sentido del humor y su locura. Compadeces a la famlia pero estás seguro de que todo acabará bien, al fin y al cabo siempre pasa lo mismo, siempre tenemos un final feliz. Como mucho, el mayor temor que podemos tener es que asesinen al patriarca, al patrón, pero damos por hecho que ni la mujer, ni mucho menos el niño perecerán a manos de estos psicópatas. Ahí es cuando Haneke nos da un ¡Zas!, en toda la boca. Tú formas parte del juego, tú hiciste la apuesta desde el principio, estás convencido de que la familia vivirá y los "malos" fracasarán. Toda la película es un juego, y quien gana es Haneke. No hay más que ver la escena del mando. Cuando creemos que a pesar de todos los daños sufridos la pareja protagonista "buena" vivirá y se salvará y que serán los "malos" los que morirán, Haneke se saca un recurso para decirnos NO, os equivocáis, vais a perder la apuesta, no predecís mi película, yo decido sobre ella, yo gano.

Funny Games, por tanto, dista mucho de cualquier película de este género que hayamos visto, y ahí es donde se gana casi todos los puntos.

No le hace falta recrearse con escenas sangrientas ni excesivamente violentas. Todas ellas se omiten y en su lugar nos muestran otras imágenes, otros planos, obteniendo de este modo un resultado mucho más efectivo. Inmejorable la escena de "Jerry" en la cocina buscando algo de comer mientras se produce el disparo. Es precisamente esto lo que consigue que el espectador esté con el culo pegado al asiento y en tensión durante toda la película.

Peli muy buena, con actuaciones convincentes, muy interesante, nada convencional y muy muy recomendable.

Touché Haneke, has ganado.

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