viernes, 28 de noviembre de 2014

Philomena a mi pesar

Puntuación: 7

En pleno auge del escándalo por los bebes robados sale esta película y a poco que estuviera bien hecha le lloverían los premios, o por lo menos las nominaciones, como así fue. Hechos reales, tema controvertido y de moda, grandes actores. El éxito de crítica estaba asegurado desde antes de empezar a rodar.

Philomena se sostiene sobre dos grandes interpretaciones. Por un lado tenemos a un estupendo Steve Coogan acompañando a una magnífica Judi Dench que hace a la perfección el papel de señora que ya empieza a chochear. Las escenas donde relata con pelos y señales el libro que está leyendo las hemos vivido de una u otra manera todos nosotros.
Y se sostiene también sobre un tema candente y de interés popular: Los niños robados. Parece ser que por aquellos años era de lo más natural comercializar con bebes como si fueran cromos. Y no eran casos aislados en sitios aislados con monjas aisladas, porque fue muy frecuente en paises como Argentina, Irlanda (como vemos en esta película), y, como bien sabemos, en España. Y es aquí donde me detengo. Y no para hacer una crítica a la iglesia, ni a la política, ni para hablar del nacionalcatolicismo imperante en España durante el franquismo donde la iglesia tenía todo el poder que quería y franco era caudillo de España por la gracia de Dios. No lo haré sabiendo además, que siguieron dándose estos casos durante la "democracia". No, me paro aquí para preguntarme por qué coño no se ha hecho en España una película como Dios manda, nunca mejor dicho, sobre este tema. Y esque si un país ha sufrido y padecido el tráfico de bebes es España, y a mi solo me viene a la memoria una miniserie de dos capítulos en telecinco. Me gustaría que en vez de imitar al cine francés con tantos apellidos vascos, de tanta imitación al cine americano como "Combustión", "Spanish Movie" y un larguísimo etcétera, mirásemos un poco a nuestro país y plasmásemos la realidad que hay y que hubo durante mucho tiempo. Mostrando la guerra civil no como algo que pasó por arte de birlibirloque y que fue muy malo, si no como lo que en realidad fue. Mostrando alguna de tantas y tantas historias de niños robados que abundan en nuestro país. Mostrando enfin tantas cosas que no se quiere, no se atreve, o no interesa contar.

Saliendo ya de esta minicrítica a la tendencia del cine patrio, aplaudo la paradoja que muestra Philomena entre las monjas y la propia Philomena Lee. Siendo precisamente esta última la verdadera cristiana, aún cometiendo ese pecado tan atroz que es el haber tenido sexo antes del matrimonio, al perdonar a las monjas, que son las verdaderas pecadoras. Perdonar después de todo lo que hicieron. Después de que le arrebataran su propio hijo, después de saber que madre e hijo se buscaban mutuamente y las monjas hicieron todo lo posible para que nunca se encontraran, después de que aún muerto el hijo no se dignasen a decírselo, después de comerle la cabeza durante toda su vida haciéndole creer que era una pecadora. Después de la vida que pasó conviviendo con ellas para "pagar su deuda", donde según he leído no le dejaban ni tener su propio nombre. Después de todo eso les perdonó.

Es evidente que la historia tiene adornos, como cualquier película basada en una historia real. Por ejemplo, Philomena nunca viajó a Estados Unidos, y pongo en duda que el periodista resolviera todo viendo el dibujo de un vaso mientras bebía una cerveza. Pero tiene la esencia que ya es bastante.

Philomena es una buena película. Philomena te muestra que hay veces que no te puedes dejar engañar por una sonrisa, por té ni por pastas. A veces te mereces algo más, y te lo tienen que dar.

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