miércoles, 10 de diciembre de 2014

Muerto el perro se acabó la rabia.



 Puntuación:8

Cuando una mañana se despertó, Gregorio Samsa, después de un sueño agitado, se encontró en su cama transformado en un espantoso insecto.

Así comienza esta novela que es en su conjunto una gran crítica. Y desde luego es una crítica brillante.

El protagonista, Gregorio Samsa, es un joven  honrado y respetable que con su trabajo mantiene a su familia. Pero cuando es tristemente transformado en una cucaracha (o en un díptero) ve como es marginado y despreciado por los suyos. Recluido en su habitación presencia el miedo y el asco que por él tienen su madre, su padre y su hermana.

Por tanto, no es el simple hecho de la metamorfosis, es la reacción a esta lo importante en la novela. Es la hipocresía, la falsedad, la superficialidad y los intereses egoístas humanos lo que Kafka nos quiere transmitir. Si la propia familia da la espalda al más respetable de sus miembros cuando no es lo que se espera que sea, qué no hará la sociedad con aquellos que son diferentes.

Kafka tenía ciertas desavenencias con su propio padre, por lo que en La metamorfosis hay aspectos y pensamientos propios del autor. Es clara la similitud de Franz Kafka con Gregorio Samsa, donde el primero se sentía un bicho raro en su propia casa y el segundo lo era literalmente.

Esta novela se lee muy rápido y es imprescindible. Una crítica a la sociedad humana brillante sin caer para nada en la misantropía. El final es perfecto, cerrando el círculo subrayando la idea principal de la novela. Ahora ya somos felices. Muerto el perro se acabó la rabia.

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