Puntuación: 9
La historia se centra en un joven provinciano llamado Julien y su ascenso en sociedad. Nos encontramos con temas típicos del realismo como el adulterio o la vida de la alta sociedad, con toda la superficialidad e hipocresía. Hipocresía que también envuelve al protagonista ya que busca formar parte de aquello que en un principio desprecia. Y, como es propio del realismo, la lectura esta plagada de descripciones exhaustivas de cada escena y cada momento de la historia. Como se puede ver nada más empezar la novela.
Es fundamental conocer el contexto histórico en el que se desarrolla Rojo y Negro ya que de otra manera no entenderíamos ciertos miedos, inquietudes y pensamientos tanto del protagonista como de los que le rodean. Por ejemplo el temor de Julien a expresar su admiración por Napoleón Bonaparte y por la pasada república. Estamos en la Francia de 1830, a finales de la restauración.
Hay algo que me ocurre con bastante frecuencia en las novelas realistas y es el rechazo a los personajes femeninos. A los personajes relevantes quiero decir. No se si es precisamente lo que el autor de cada una de estas novelas busca, pero es lo que consigue. A Ana Karenina, a Madame Bovary o a la señora de Renal en Rojo y Negro, por citar tres ejemplos, ni las entiendo ni las quiero entender. En algunas veo egoismo, en otras egocentrismo, en otras capricho y en otras pura maldad.
Por supuesto no me pasa con todas, a Eugenia Grandet solo se la puede querer, pero es muy frecuente.
Por último, no se de dónde viene el título. Según he leído puede ser del color de los uniformes; Rojo el del ejército y Negro el de los sacerdotes. O bien puede ser una especie de metáfora con los colores de la ruleta. No lo sé.
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