lunes, 29 de diciembre de 2014

Cienfuegos III. Mola.



Puntuación: 8

Seguimos con Cienfuegos por América y seguimos por América con Cienfuegos.

Nuestro protagonista es salvado de morir en el océano por la mujer que se convertirá en compañera de viaje y amiga inseparable del guanche en esta tercera parte de la saga: Azabache. Una mujer africana, negra, (la primera que Cienfuegos ve en su vida), que lleva una lamentable vida como juguete del más horrible de los hombres del Sao Bento, el capitán Euclides Boteiro.

Azabache y Cienfuegos consiguen escapar y emprenden una aventura en busca de un objetivo común, conseguir una vida mejor. Para la primera cualquier cosa, incluso la propia huida es mejor que su reciente y desdichada vida, y para el segundo no hay otro propósito que el de seguir con vida para poder finalmente reunirse con su amada vizcondesa, Ingrid. Son dos personajes desgraciados y su mutuo apoyo va forjando una amistad inquebrantable.

Nuestra pareja se une a una tribu indígena. Azabache se enamora del líder, el líder siente curiosidad por Azabache y esto termina en embarazo.

Estos nativos viven en un poblado paradisíaco en el que a todos nos gustaría vivir, por lo que es normal que Cienfuegos y Azabache se sientan cómodos en este lugar. Las casas están construidas sobre agua, los niños nadan al lado de sus casas sin preocupaciones, los adultos pescan y viven vidas sencillas y sin preocupaciones. Qué envidia.

Qué pasa? Que aparece una palabreja llamada racismo. La tribu no quiere que el hijo de su líder sea negro, y piensan que (muy lógico) el niño que Azabache guarda en su vientre tiene muchas posibilidades de serlo. Pero para esto hay solución ya que solamente tienen que llenarse de plumas e ir a ver al Gran Blanco, y pese a las reticencias de Cienfuegos emprenden el viaje.

Mientras tanto, Ingrid Grass, la ex vizcondesa, se ha ganado una reputación, se hace cargo del hijo que Cienfuegos tuvo con una indígena y cuenta con la amistad incondicional de uno de los más grandes personajes de aquella época: Alonso de Ojeda. Persona por la que el propio Alberto Vázquez-Figueroa tiene cierta debilidad, y del que ha escrito una biografía en forma de novela.

Cienfuegos III continúa hablando de este periodo histórico de una forma muy original y muy divertida. El petróleo, Américo Vespucio y "una de las mayores injusticias de la historia" están presentes en esta novela.

No sabía, y me resultó muy curioso, que fue precisamente gracias al poblado paradisíaco antes descrito en el que Cienfuegos y Azabache vivieron durante un breve tiempo (o a otros similares) por los que Venezuela tiene su nombre. El propio Alonso de Ojeda al verlos dijo que eran como Venecia, una equivalencia pequeña de Venecia, y por esto llamó a esas tierras Venezuela.

En fin, la saga no decae. Así da gusto. Vamos a por el cuarto.

¿Por qué estás tan sucia?
No es que esté sucia... —fue la desconcertante respuesta—.
Es que soy negra.
¿Negra? —se asombró Cienfuegos incapaz de aceptar lo que
acababa de oír—. ¿Pretendes hacerme creer que eres una mujer
y además negra?

Exactamente.



No hay comentarios:

Publicar un comentario