lunes, 16 de febrero de 2015

El futuro presente.

UN MUNDO FELIZ
Puntuación: 10

Qué decir de este libro, pues que es una obra maestra. Es una genialidad.

Un mundo feliz es una de las tres mejores novelas distópicas de todos los tiempos, junto con 1984 de George Orwell y Farenheit 451 de Ray Bradbury.

Aldoux Huxley visualizó y plasmó allá por el año 1932 cómo sería nuestra sociedad al observar, mejor dicho al saber observar, el curso que iba siguiendo el mundo en el que él vivía en ese caótico tiempo a finales de los años 20 y principios de los 30. Supo diseñar el modelo social futuro que debería de darse si todo siguiera su desarrollo natural, si continuara esa tendencia social, política y económica y si no hubiera un alto o un basta a tiempo.

No hace falta, ni mucho menos, llegar al año en el que se desarrolla la trama de la novela para comprobar cómo esa sociedad distópica se da ya hoy en día. Por tanto, podemos asegurar sin temor a equivocarnos que nuestra sociedad real en su día fue ficticia, y más concretamente, y como ya he dicho, distópica. Indeseable.

Un ingenuo, un iluso o más bien una víctima leerá Un mundo feliz y se llevará las manos a la cabeza imaginándose tamaña falta de libertad, leyendo una novela tan pesimista y pensando o creyendo que no acabaremos así sin darse cuenta de que él mismo ya esta así. Quizá no de una forma tan cruda y evidente como se refleja en el libro pero semejante al fin y al cabo. Y digo víctima, y digo bien, porque si precisamente en Un mundo feliz la gente cree ser feliz y cree vivir bien es porque son, al igual que el propio lector, víctimas y creen lo convenido, no lo conveniente para él mismo.

Vemos aquí una clara semejanza al mito de la caverna de Platón. No podrás, por mucho que te empeñes, ir a una sociedad futura donde no haya libertad, donde no haya cultura, donde no haya familia, donde no haya derechos, a hacer ver a la población que el mundo real, que la forma adecuada de hacer las cosas, que el correcto funcionamiento, que el adecuado orden de las cosas es otro muy diferente. No podrás porque para ellos es precisamente esa su realidad y su bienestar social. Pero del mismo modo, tú no creerás que hay otra realidad, que lo correcto, que el verdadero bienestar del mundo y de las personas, que el orden social adecuado es otro que el que tú vives. Y esto, tristemente le sucede a la inmensa mayoría de la población actual. Cómo vamos a convencer a nadie de que la realidad está fuera de la caverna y que ellos solo ven sombras de la realidad. Nos tomarán por locos.

Un Estado Mundial. Esto sorprende al lector?, al menos no debería. No vemos acaso como día tras día, año tras año, paulatina y gradualmente se va formando este Estado Mundial?. Un ente todopoderoso abarca gran parte del planeta y lo mantiene bajo su dominio, bajo sus intereses. Los territorios no sometidos, a los que podríamos llamar "reservas" y tildar a sus ciudadanos de salvajes como hace el libro, sufrirán penas y pesares para poder seguir con su forma de vida, para poder seguir con sus creencias y con su propia cultura. Creemos no obstante, que deberían someterse al Estado Mundial, porque como los ciudadanos de la novela nosotros mismos pensamos que la correcta forma de vida es la que nos viene establecida por el Estado Mundial y en base a esto justificamos todo tipo de guerras.
Acaso no vemos el irrefrenable proceso globalizador que se viene dando en el mundo?. Me acuerdo un día en la universidad cuando un profesor nos preguntó si creíamos que el mundo estaba globalizado. Un compañero levantó la mano y respondió que no. Dijo que él creía que no porque un verano se fue de vacaciones a no recuerdo qué país, y en los supermercados había todo tipo de Coca-colas pero no la había con sabor a cereza. Y yo me quedé pensando: pero te estás dando cuenta de lo que estás diciendo sozoquete?!.

Presenciamos valores y conceptos únicos y absolutos incluso en la enseñanza, donde no se forma tanto el espíritu crítico como el estudio de dogmas. En mi caso estudié a Keynes, estudié el libre mercado, la competencia perfecta y el monopolio, el oligopolio, los beneficios extraordinarios o nulos, las economías de escala, la ventaja competitiva, propiedades marginales, mínimos, máximos, el beneficio por tener mano de obra barata y materias primas baratas...pero no me explicaron por qué esto debe ser así, qué alternativa hay, qué podría haber, no me enseñaban a pensar y a criticar. Me transmitían dogmas económicos y yo debía aprenderlos y lo hice. Es uno mismo el que debe decir basta y pararse a pensar.

Nos parece descabellada la presencia de "Soma"?. Soma es la droga que se da en la novela a todos los ciudadanos para que sean felices, para que no se den cuenta de los males del mundo, para evadir su mente y que no se den cuenta de la realidad en la que viven. "Hoy he tenido un día muy malo, necesito una dosis de Soma". En el mundo en que vivimos hay Soma para dar y tomar, empezando por los medios de comunicación que hacen que creas lo que quieren que creas, lo convenido por el Estado Mundial. También tenemos Soma en el cine, en deportes, en la literatura que evade la mente y no te hace pensar. Soy un apasionado de estas 3 cosas, pero hay que saber que ves y que lees y nunca dejar que guíen tu cerebro.  Y siempre es mejora ser como John cuando renuncia a ser esclavo y tira la droga por la ventana.

Estas y muchas otras custiones políticas y sociales son tratadas en esa sociedad futura que tan bien dibuja Huxley en un Mundo feliz. Por otra parte, y para no alargarme ya mucho más, el libro está repleto de referencias históricas. Los personajes tienen nombres que hacen referencia a Marx, Bonaparte, Darwin, Trotsky, Primo de Rivera, Lenin, Mussolini, Herbert Hoover, Engels... incluso el calendario se rige por Ford.

Un mundo feliz es sin duda una lectura obligada para todo el mundo.

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