Cuba es un país prohibido.

El 1 de enero de 1959 llegaba a La Habana el triunfo de una revolución del pueblo liderada por Fidel Castro, Camilo Cienfuegos y el Che Guevara.

Cuenta el escritor uruguayo Eduardo Galeano que en una de sus visitas a Cuba se encontraba en su hotel consultando internet e intentando mandar un correo electrónico. Cada dos o tres minutos se le cerraba la conexión. Volvía a intentarlo y la conexión se volvía a cerrar. Volvía a intentarlo y pasaba lo mismo. Hasta que al fin apareció una pestaña en el buscador de Google que decía:
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Cuba es un país prohibido.
Lo es porque en los 56 años que lleva presente la Revolución ha sobrevivido a todos los ataques imaginables e inimaginables posibles. A todos. Presenta una alternativa al sistema capitalista, neoliberal, de libremecado, imperialista, al sistema dominante de unos pocos. Por lo que supone una amenaza.
Con la práctica totalidad de los medios de comunicación masivos en su contra, ve como la población adoctrinada condena un gobierno y un país que ni conoce ni quiere conocer.

Cuba tiene sus cosas buenas y por supuesto sus cosas malas. Pero la realidad es que la revolución hizo y hace que un país tercermundista, sometido al acoso más brutal por parte de la superpotencia más grande del mundo tenga una calidad de vida envidiable. Y la calidad de vida viene medida por ser el país más culto de América (incluida América del norte), por tener una sanidad que ya la quisiera para sí cualquier país del mundo, con una tasa de mortalidad infantil ínfima, con una tasa de analfabetización nula y con un largo etcétera.
Y aunque Cuba tiene muchas carencias, muchísimas, no se pasa hambre. Hay necesidades, hay limitaciones, pero no hay hambre.

Cuba, en fin, no ha dejado que le roben su dignidad, y aunque sea (que lo es) el país más solidario del mundo, para la mayoría es un país malo, una dictadura. Por qué? por la simple razón de velar por su pueblo y no por los intereses de las grandes potencias poderosas.

Por mi parte..

...felices 56 años, y que cumplas muchos más!