martes, 7 de abril de 2015

El cuento de las puertas giratorias.



¿Qué coño es eso de las puertas giratorias?

No es sino otra muestra más de la total democracia, limpia, sana y transparente, y la igualdad de oportunidades que hay en nuestro país, España.

Según  la Wikipedia, la expresión puerta giratoria designa de forma coloquial el hecho de que un alto cargo público se marche a trabajar a una empresa privada, obteniendo beneficio de su anterior ocupación pública y produciendo conflictos de interés entre la esfera pública y la privada, en beneficio propio y en perjuicio del interés público (…) .Movimiento de altos cargos entre el sector público, el sector privado y viceversa.

Pues eso, las manos limpias, las conciencias tranquilas y la voluntad del pueblo por encima de todo.

Os contaré una historia:

Hace no mucho tiempo, en un lugar no muy lejano llamado X, el que manejaba el cotarro escogió con el dedo a un señor que pensaba como él y con el que simpatizaba bastante (por ser un calco y pega de él) para que llevara a cabo ciertos asuntos. Este señor, a su vez, desenfundó su dedo para escoger a otro señor que recogiera el testigo. Esto, pacientes lectores, siguió siendo así (y seguirá siendo) por mucho tiempo. 

No quiero desilusionar a todos esos vecinos soñadores de X que puedan estar leyendo esta historia y que aún tienen la esperanza o la ilusión de que sus hijos, o ellos mismos, algún día lleguen a manejar el cotarro. Lo siento, pero para entrar en  el radar del dedo divino deberéis tener algo muy valioso: Apellido. 

Para que este dedo te enfoque y te apunte deberás tener apellido (y no ser muy rebelde o revoltoso). Es así. El pueblo de X se miraba su DNI y se preguntaba ¿cómo me apellido?. Una vez que dedicaban unos segundos a comprobar esto se daban cuenta de qué opciones tenían y se ahorraban mucho tiempo gastado en ilusiones baldías.

No digo que cada una de las personas que habitaban ese bonito lugar aspirase a ser ministro, Jefe de Estado o Presidente de Gobierno, pero de ser así  y tuviesen la preparación necesaria ¿por qué no podrían?, al fin y al cabo todos deberían ser iguales ¿no?.

Pues evidentemente no. 

Aquellos que manejaban el cotarro no eran los mejores, como defendía Platón y como cualquiera pudiera pensar, eran los que tenían el apellido adecuado para ser elegidos a dedo por el que en ese momento manejaba las cosas.
La mayor parte de los ciudadanos de X sin embargo, parecía no darse cuenta de este hecho.

El señor elegido a dedo, se juntaba con otros señores, elegidos a dedo, y llegaban al poder. ¿Qué hacían?, puesto que X era una democracia y estos señores eran representantes del pueblo deberían precisamente representar al pueblo de X y tomar decisiones en base a los deseos y necesidades del pueblo.

Bueno, debiera ser así, pero hay algo más. Nuestra historia comienza con el señor Manolete en el poder. Manolete, trabajó para una gran empresa privada antes de llegar donde ahora está. De hecho, no trabajó limpiando las oficinas, sino que ocupó un puesto bastante importante. Manolete, además, participa de los beneficios de esa empresa. No debería sorprendernos que cuando Manolete llegó al poder tomara decisiones que favorecieron a esa empresa pese a que eso no fuera lo que el pueblo reclamase. De hecho, no es casualidad que Manolete participe en el poder y en la toma de decisiones; la empresa sabe muy bien que debe tener estrechas relaciones con el poder porque de las decisiones que se tomen depende en gran medida el rumbo que se desea seguir.

Pero vayamos más allá. El país en el que vive Manolete, X, y del cual tiene las riendas para, junto con su equipo, tomar decisiones, es rico en cacao (vamos a poner el ejemplo del cacao, por qué no). El país está repleto de cacao, hay cacao hasta debajo de las piedras. ¿Qué sucede?, que el cacao es un bien que beneficia a todos los habitantes de ese país. Ese país explota el cacao y con él comercializa para obtener su buen dinero. Es lo común y lo lógico ¿no?. Yo tengo mucho cacao, puedo quedarme con lo que necesite y el resto te lo vendo a ti, puesto que tú no tienes o tienes en menor cantidad, y con el dinerín que me des puedo comprarte a ti o a él otras cosas que necesite, puedo pagar una sanidad para que mis ciudadanos puedan ir al médico, puedo pagar la educación y puedo pagar las pensiones a los viejecitos. Vamos, lo más natural del mundo.  Sin embargo, un día Manolete vendió, o mejor dicho regaló (puesto que lo vendió a precio de saldo, por muchísimo menos de lo que vale), todo el cacao de X (que pertenecía al conjunto del país y del cual se beneficiaban todos los ciudadanos de ese país) a unos conocidos suyos.

¿Qué pasó? Bien, debemos distinguir entre el corto plazo y el largo plazo y darle un poco a la cabeza. 

Imagínate que el cacao te daba todas las semanas 10€. Con esos 10€ tú podías comprarte comida, ir al médico…y además el propio cacao (y en X el cacao era muy importante para la dieta) lo tenías garantizado. Ahora el cacao se ha vendido a unos amigos de Manolete por 36 euros, por lo que esa semana tienes 12€. Puedes hacer lo mismo que antes y te sobran 2 €, ¡qué chollo!. Y la semana siguiente también tienes 12€, te vuelven a sobrar 2€ para destinar a cualquier cosa. Este Manolete sí que sabe de economía. La semana siguiente vuelves a tener 12€, todos somos felices. Pero, ¿qué pasa cuando se acaba la tercera semana y se agotan los 36€ por los que hemos vendido el cacao que nos reportaban 10€ semanales?. Vamos a tomar por el culo.

Manolete dejó el poder y un nuevo señor llamado Pedrín llegó a él, y con él no tenemos ni 10€ semanales. Qué mal hace las cosas Pedrín, qué poca idea de economía tiene Pedrín, con Manolete sí que iba bien el país que teníamos 12€ semanales. Ahora no tenemos ni cacao, puesto que al estar en manos privadas ha subido el precio un 200% y ya es incluso un lujo que muchos no se pueden permitir. 

Los ciudadanos de X se olvidaron de que la situación que vivían era fruto de las decisiones económicas tomadas por Manolete, pero da igual.

Y todavía hay más. ¿Qué pensaríamos si vemos que Manolete pasa a formar parte de la empresa que controla el cacao?. Podríamos pensar que es una recompensa al favor que Manolete hizo a estas personas al regalarles el cacao, podríamos pensar que en su día hubo una conversación del tipo:  “Oye, Manolete, guapete, majete, si me vendes el cacao de tu país te aseguro un puesto en la empresa. No tengas miedo, aunque no tengas ni puta idea de nada te aseguro 200.000€ al año, ¿qué dices?”. 

No sería nada extraño. Además, Manolete, puesto que el dedo sigue estando presente, puede decirle a su sucesor las medidas que tiene que tomar para beneficiar a la empresa del cacao en la que él participa. Y es precisamente por esto que a la empresa le interesaba tener a Manolete en sus filas, pues como ya he dicho antes, cuanta más influencia tenga en el organismo que tiene capacidad para tomar decisiones de las que dependen sus beneficios mejor.

¡Pero si tiene que defender los intereses del pueblo!.

A ver, ¿¡es que todavía no te has enterado!?. El pueblo se la repampinfla, él tomará medidas a favor de la empresa del cacao y así dentro de un tiempo  formará parte de ella y tendrá otros 200.000€ al año gracias a esos favores (y por supuesto gracias al apellido que le ha llevado a poder tomar esas decisiones). Podemos incluso llegar a pensar que se trata de una especie de caballo de Troya donde llegan al poder metidos por los propios intereses privados para que lleven a cabo políticas favorables a ellos.

Y qué coño, ¿por qué no hacerlo así?, al fin y al cabo ¿cuál es la alternativa?. Pongámonos en el escenario contrario: X, que es rico en Cacao tiene este producto controlado y explotado por unas pocas manos privadas, además manos extranjeras (país Y), dejando a la población de X sin los beneficios que les reportaría la explotación del cacao. En ese momento llega Juanito y decide volver a poner el Cacao al servicio de los ciudadanos de X, ya que considera que la explotación de ese recurso debe beneficiar a todo el pueblo por igual y no solo a unos pocos podridamente ricos en detrimento de su población que no tiene ni para comer. A priori podemos pensar que eso es bueno ¿no?, es solidario y es justo. Un bien que era del pueblo, del que se beneficiaba el pueblo fue robado del pueblo para pasar a manos privadas y Juanito se lo vuelve a dar al pueblo.

Sin embargo, el señor que vive en Y y que es dueño del cacao controla lo que ven, lo que leen y lo que oyen los ciudadanos del mundo, por lo que se encargará de hacer ver que Juanito es malo, muy malo, de que ahora los ciudadanos de ese país lo pasan muy mal. Da igual que haya mejorado el nivel de vida de la población, da igual que el pueblo (que no es tonto) elija y reelija a Juanito para que siga en el poder. El mundo verá a Juanito como un demonio, porque el mundo es ignorante, porque vive en la ignorancia y no hace ningún esfuerzo por salir de ella.

Tenemos a Manolete, a Pedrín y a Juanito. Manolete tiene 200.000€ al año asegurados, está muy bien considerado por la prensa (y por tanto por la población), sus hijos tienen el futuro asegurado con el apellido y lleva una vida tranquila y sin preocupaciones. Pedrín sabe el futuro que le espera si hace lo mismo que su antecesor, otro sueldo anual cuantioso asegurado, el futuro de sus hijos asegurado y una vida tranquila y sin preocupaciones. Y tenemos a Juanito que por haber repartido la riqueza entre los ciudadanos, por haber devuelto al pueblo lo que es del pueblo, haber mejorado su calidad de vida, es visto como un demonio en todo el planeta, sufre golpes de Estado y puede ser asesinado en cualquier momento (como otros que hicieron lo mismo). ¿Qué harías tú? Sabemos cuál es la opción más cómoda.

FIN  
P.D.Y por supuesto, que nadie sea mal pensado, y que nadie se dé por aludido. Esto es un cuento para entretener, nada más, Manolete o Pedrín no son eufemismos de Felipe González (Gas Natural), Aznar (Endesa), Ángel Acebes (Iberdrola), Rodrigo Rato (Telefónica, Bankia, Banco Santander), Eduardo Zaplana (Telefónica), Isabel Tocino (Banco Santander, Enagás), Miguel Boyer (Red Eléctrica Española), Josep Borrell (Abengoa), Luis Carlos Croissier (Repsol), Ana Palacio (HC Energía), Abel Matutes (Banco Santander), Elena Salgado (Endesa), Josep Piqué (Vueling), Pedro Solbes (Enel), Javier Solana (Acciona), Ángel Acebes (Bankia, Iberdrola), etcétera, etcétera, etcétera.

Que nadie piense eso, aquí eso no pasa.

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